El Jardín Botánico-Histórico La Concepción tiene su origen en la unión de varias fincas situadas a orillas del río Guadalmedina, al norte de la ciudad de Málaga, a mediados del Siglo XIX. De vocación agrícola, en ellas había cultivos de cereales, olivos, almendros, vides y, sobre todo, cítricos. Sus creadores fueron los marqueses de Casa Loring, Jorge Loring y Amalia Heredia, que tras un largo viaje por Europa decidieron hacer allí un lugar de retiro estival con un gran jardín. En 1943 el jardín fue declarado oficialmente jardín históricoartístico, considerado actualmente Bien de Interés Cultural (BIC). La Concepción fue conociéndose en Europa desde sus inicios, pero no por su bello y exuberante jardín, sino por la magnífica colección de restos arqueológicos reunida en el Museo Loringiano, templete de estilo dórico que se levantó sobre un mosaico romano descubierto en Cártama que mostraba las hazañas de Hércules. La construcción del Museo, proyectado por el arquitecto alemán Strack, (discípulo de afamado Schinkel) y quién colocó a ambos lados de la puerta de Brandeburgo los pórticos mayores. Los marqueses hicieron venir desde Roma a Luigi Leonini, especialista que se encargó de su reconstrucción. Durante años el matrimonio Loring se preocupó de recuperar cuantos restos arqueológicos tuvieran a su alcance, que fueron objeto de estudio por expertos, entre los cercanos Manuel Rodríguez de Berlanga, jurista y epigrafista español, quién tradujo y dió a conocer en los círculos científicos de toda Europa el descubrimiento más relevante, la Lex Flavia Malacitana, bronce con las leyes romanas que regían la ciudad en el 80 d. C., hoy día en el Museo Arqueológico Nacional. El resto de las esculturas, mosaicos, sepulcros y demás piezas romanas que dieron lugar a la afamada colección Loringiana se encuentran actualmente en el Museo Provincial de la Aduana.